C.A.R.RO (Centro de Acopio Regional Rodante)



Un referente importante en el desarrollo de la propuesta C.A.R.RO lo constituye el stand expositivo regional que comprendemos como síntesis material de aquellas políticas económicas y/o gubernamentales basadas en la autopromoción de la lugaridad como valor agregado. Así, parodiando la tendencia que llama a salir a conquistar público específico en busca del posicionamiento al interior de este espacio imaginario en donde el mundo se divide en “compradores y potenciales compradores”, la producción cultural local artística y general, producción de enunciados, responde adecuando sus intereses a unas muy limitadas posibilidades técnicas y económicas que traducen irónicamente los postulados mercadotécnicos de imagen corporativa y marca.

La “pequeña economía” del arte regional no se excluye, sin embargo discute diversos aspectos de esta lógica que implica salir a vender el producto típico al mundo, dentro de la cual se facilitan espacios comunes para la participación de pequeñas microiniciativas a nivel nacional que soportan cierto tipo de heterogeneidad rentable, absorbiendo las diferencias simbólicas en uno de los pocos terrenos nacionales desde donde la plusvalía sí va de la mano de la diferencia y el exotismo regional capitaliza ganancias como valor agregado. En tal sentido, es posible apreciar que aquella tendencia se apropia y absorbe la diferencia al convertirla en valor transable o bien en evidencia de supuesta plenitud y vigencia del ideal liberal democrático y de la tolerancia a la multiplicidad, cultural, que se le asocia.

Entonces, en un calce que tensa aquellas iniciativas facilitadoras, las que por ejemplo orientan los programas de envíos regionales a las ferias nacionales, se desarrolla proyecto “C.A.R.RO (Centro de Acopio Regional Rodante)” como un modelo de recopilación ficcionado, que coloca problemáticamente su oferta, connotando la posibilidad, sólo eso, de acoger cuestionamientos contingentes en el plano de producción artística regional y el de otras dinámicas de relación social y cultural. Por otra parte, la propuesta rehúye su plena asimilación al modelo exhibitivo convencional, ya que sólo despliega el resto material de una dinámica que ha recurrido a la producción de unos “libros” como una intermediación para dar lugar a la emergencia de diversas situaciones de implicación que atisban en lo que a la articulación de enunciados y la producción de diferencia respecta.

Los documentos elaborados y presentados, cabe decir, son llamados “libros” únicamente con el propósito de acentuar su inadecuación en el plano de los contenidos y de su factura o industria para alcanzar efectos de significación y sociabilización efectivos. Es decir, lo que se presenta son símiles conflictivos, manufacturados y originales, dispuestos sobre un carro de feria, que a raíz de las cualidades antes aludidas se insertan problemáticamente en el marco de la demanda de exhibir, poner en circulación, constituir su significación reconocimiento y valor. Luego, los variados distanciamientos y obstáculos respecto a una efectiva política de inscripción comprometida con el valor de la diferencia ponen en relieve preguntas claves, tales como ¿Qué relación cabe establecer entre los procesos que inducen la producción de diferencia y aquellos que la objetivan al disponerla en un plano de visibilidad? ¿Cuáles son los vehículos más pertinentes de esa diferencia y qué marco o retórica institucional puede tomar parte en su significación y valorización?

Para la elaboración de los libros se dispusieron recursos mínimos aportados por los propios participantes, otros obtenidos gracias a un auspicio (Consejo Regional de la Cultura y las Artes) e igualmente a través de una labor de reciclaje y recolección desarrollada por la Octava Mesa. A partir de esa gran economía material se desarrolló un procedimiento coordinado y colaborativo que pretende ser un índice de las estrategias autogestivas de las prácticas artísticas y culturales que son de nuestro interés, mismas que permiten a encontrar condiciones de posibilidad y transformación allí donde se impone a primera vista un orden de cosas dado, de condiciones materiales y de simbolización restringidas. Es decir, la materialidad precaria de los documento resultantes y del carro, creemos constituye la base suficiente para significar un ensayo en el plano de la producción de enunciados sobre una base articulada, expresando así el valor que la propuesta deposita sobre el proceso de colaboración que la hace posible.

En tal sentido, cabe destacar que una parte significativa del resultado exhibido fue elaborado por agentes externos a la Octava Mesa, algunos de forma particular, pero fundamentalmente en situaciones colectivas de trabajo que favorecimos por considerarlas como un aspecto relevante de nuestra investigación. Es necesario admitir, hemos hecho uso y recurso de la idea de exhibición y de la idea de libro, documento o registro, para atraer a diversas personas, con y sin formación artística, hacia una provisional interacción y coordinación. De ese modo, remarcamos la mediación de la propuesta en la generación de espacios de implicación, sesiones de trabajo grupales con nuestros socios colaboradores en sus espacios habituales de reunión y actividad (Centro Cultural Renacer, Población Agüita de la Perdiz, Concepción; Centro Cultural Por siempre Unidos, Valle de la Piedra, Chiguayante). Igualmente se debe destacar que, por efecto de una convocatoria abierta, se integraron a la iniciativa alumnos de un taller del departamento de artes de la Universidad de Concepción y otros de la misma institución que respondieron de forma autónoma a la invitación.

En una oportunidad anterior hemos explicitado que la Octava Mesa se encuentra movida por el propósito de experimentar una más estrecha vinculación entre práctica artística contexto y comunidad, dado lo cual su accionar persevera en prácticas que suponen una exploración de los límites del arte y su proyección social. No obstante, ese ánimo no soslaya ciertas advertencias que hacen parte del bagaje crítico y autocrítico reunido en el extenso desarrollo histórico de las prácticas que renuncian a su plena autonomía. De ahí que en una propuesta como C.A.R.RO manifieste con notoriedad que la intervención artística es constitutiva de lo que se representa, en este caso el contexto; de igual forma, dentro de aquel operar cauteloso frente al retorno corriente de ideologemas tradicionales, no ha correspondido a los productores artísticos de forma exclusiva emplear sus medios específicos para dar con la imagen de la localidad o el territorio. Principalmente, se han sociabilizado y distribuido unos mínimos recursos con el fin de motivar el trabajo de representación, de ahí que lo que se exhibe se presenta desprovisto de toda apariencia de completitud y de la autoridad que concede a la práctica artística una más elevada capacidad de aprehender las cualidades de la realidad.

A contrapelo de lo que podrían en principio sugerir las condiciones materiales rudimentarias del aparataje involucrado en la propuesta, ésta no se limita a la voluntariosa y concreta práctica de manufactura de los documentos, que representaría un intento reparatorio; tampoco ha sido su propósito exponer una mera retórica victimizante. En tal sentido, C.A.R.RO ha querido investigar mediante el trabajo de la ficción, a todas luces evidente, del libro y su circulación, momentos de aproximación entre productores artísticos y comunidad a partir del paralelismo existente en lo que respecta al uso de recursos de significación, representación y comunicación. En este sentido, se buscó intensificar una apuesta que asimila la práctica artística como “una instancia material para relacionar a personas en torno de un posible pensamiento acerca de algo más allá del sistema social del arte” (Valeria González, DUPLUS ). La propuesta C.A.R.RO se elabora tomando en consideración la importancia que hoy bien se reconoce tiene la producción de enunciados y representaciones en los proceso de articulación sociales y en la experimentación de nuevas formas de sociabilidad. De igual modo, para su desarrollo se ha tenido en mente que producto de la preeminencia del aspecto cultural de las dinámicas sociales, es ella la que se carga de las implicancias políticas y económicas, cuestión que bien grafican las problemáticas y disputas asociadas a la puesta en forma, circulación y valor de unos enunciados particulares (quizá provistos de las señas de una cierta diferencia).

El proyecto “C.A.R.RO (Centro de Acopio Regional Rodante)” es una reflexión relativa a las alternativas de enunciación y las posibilidades y problemas asociados a los modelos de puesta en valor de del capital simbólico de las regiones que excede la realidad material concreta en la cual se expone. Es por tanto, en primera instancia, una reflexión objetual que da cuenta de la reducción específica a espacios, medidas y sistemas de transporte e instalación que permiten la lógica del envío regional a otros lugares, la que alude a las alternativas de adecuación y acomodo frente a las políticas y la gobernabilidad que se asoman a la cuestión de la diferencia.

Así, la métrica material, ajustada y precisa, cuantificable en número y peso de la muestra, tanto de los libros como del soporte expositivo dentro del carro, constituye una oferta plenamente objetivada, pero igualmente carente y deficitaria, que se incorpora conflictivamente en una vitrina de la diferencia, a cuyos límites no se ajusta fácilmente los procesos, muy especialmente aquellos vinculados a la articulación de enunciaciones colectivas. Cuan encomienda, este envío regional da un cuerpo material carente, pero a la vez excesivo, a la aspiración de relato social y documentación crítica de diversos agentes locales sus prácticas y contextos vivenciales, desde la simple posibilidad de elaborarlos, compilarlos y difundirlos.

SEÑALÉTICA


Perturbar las coordenadas que organizan el recorrido. Por un instante, señalizar la ética de la separación que subsiste en el diagrama territorial de la sociedad. Este ejercicio propone una fugaz interacción con la imagen reconstruida de una señalética urbana, la cual es movilizada e instalada momentáneamente en las esquinas del cuadrante de la Plaza de la Independencia; las direcciones que apunta han sido reconfiguradas: sus vectores identifican comunidades segregadas, cargadas de una conflictividad continuamente reproducida por la prensa local.

Yuxtapuesta a las señaléticas de uso habitual, esta otra SEÑALÉTICA nos hace ver algo más que el antagonismo básico entre centro y periferia. Más bien, el carácter “mínimo” de la acción – su movilidad y fugacidad – nos induce a una lectura desasida de la retórica moderna sobre lo marginal. Aquí, la crítica de la separación acontece menos en la denuncia de una polaridad que en la presencia de un cruce imaginado, y es precisamente en el carácter trucado de esta intersección que la relación se revela como ausencia. Un juego de signos que vuelve la mirada sobre la atomización del espacio público, en donde la relación y el reconocimiento entre comunidades ha sido depuesta por la conectividad de las autopistas y la privatización del espacio público. Y es que la ciudad de los anuncios, las imágenes y las luces – ese régimen estético de la circulación, se levanta sobre un campo tensionado de coerciones y relaciones de poder; es la ética del progreso del Gran Concepción, avanzando en análoga proporción a su fragmentación social.

Emergencia, Leonera, Costanera, Boca Sur, Tte. Merino… acaso el potencial político del arte contemporáneo se encuentre en una práctica de la des-identificación que subvierta el aislamiento e invite a nuevos modos de relación. Me parece que SEÑALÉTICA hace el juego con esa tensión, entre la identidad como representación que impone un trato sectorizado de la sociedad y la des-identificación que se vislumbra en el acto de alterar los dispositivos que sostienen el lenguaje de la exclusión. En fin, perturbar el uso cotidiano de los signos, inquietar y señalizar la fragmentación del ordenamiento social puede constituir un primer ejercicio para efectuar otros modos de reconocimiento, identidades que se construyan en una dinámica de cruce y movilidad.

CONVOCATORIA
Intervenciones urbanas - Mínimo Esfuerzo-Máximo Resultado (secuela, derivación)

Organiza - Octava Mesa de Artes Visuales
http://www.octavamesadeartesvisuales.blogspot.com/
Auspicia: Consejo regional de cultura.

Mínimo Esfuerzo-Máximo Resultado (M.E.M.R.) es una convocatoria organizada por la Octava Mesa de Artes Visuales, la cual pretende ser la primera de una serie de iniciativas orientadas a la exploración y difusión de prácticas y reflexiones que se perfilen en una orientación crítica y experimental respecto del marco instituído de comprensiones sobre lo artístico. M.E.M.R. constituirá un espacio mediante el cual se compilarán y difundirán registros de intervenciones urbanas desarrolladas por productores visuales, con el objetivo de insertarlas en un medio de comentario y discusión que aporte a su reconocimiento. En este sentido, M.E.M.R. constituye esencialmente una invitación a participar e interactuar en una plataforma de información y diálogo compartido.

Orientación de la convocatoria

En lo que respecta a la designación de las prácticas cuyos registros esperamos recibir, hemos recurrido al término genérico de intervenciones urbanas, pues consideramos que este concepto es lo suficientemente amplio como para cubrir experimentaciones en el orden de los procedimientos, los soportes y los modos de interacción entre las propuestas y sus destinatarios. En lo relativo a la orientación de esta convocatoria, enunciada bajo los conceptos de Mínimo Esfuerzo-Máximo Resultado, lo mínimo señala el carácter de una acción asociada a una suerte de presencia desnuda, desvinculada de toda retórica espectacular, pero efectivamente comprometida con los procesos e intercambios que derivan de todo trabajo experimental. Es decir, consideramos que mínimos pueden ser los requerimientos anexos de la intervención, si maximiza el trato establecido con las condiciones del sitio de su emplazamiento, e intensifica las modalidades de relación e interacción que prevea en su modo de existir y desplegarse. Así, mínimo y máximo se asociarían a través de una dinámica en la cual lo máximo señala la emergencia de un acontecimiento cuyo principal distintivo no es la capacidad de impacto sin más, sino la cualidad y la intensidad prevista en la relación con su contexto y en la serie de conexiones que permitan abrir un diálogo o debate.
De igual manera, podemos decir que nuestro propósito de articular un espacio dedicado al intercambio de comentarios, procurará dotar de nuevas claves de lectura a las prácticas registradas y difundidas, mediante la decantación de las apreciaciones vertidas en un proceso de dialogo ampliado.
Comprendemos que máxima es la escena de intercambios que toda propuesta puede desencadenar, por ello es que ponemos el acento en dar presencia y continuidad a la serie de discusiones indefectiblemente asociadas a una práctica artística comprometida con el desarrollo de su dimensión autorreflexiva, y también ocupada en comprender y elaborar las condiciones de su proyección y asimilación social.

La invitación

La convocatoria Mínimo Esfuerzo-Máximo Resultado (secuela, derivación) recibirá y compilará registros de las intervenciones realizadas en el marco de esta iniciativa. Para ello se dispondrá de un sitio Web que además difundirá y socializará las reflexiones y las discusiones que procuraremos acompañen la secuencia de intervenciones. Esta convocatoria permanecerá abierta entre los meses de septiembre de 2008 y febrero de 2009.

Para originar y asegurar una dinámica en la cual se ejercite el análisis y la lectura de las obras registradas, la Octava Mesa de Artes Visuales convocará a diversos agentes culturales vinculados a la producción artística, con la idea de motivar también toda una serie de otras participaciones en el diálogo abierto. Sumada a la plataforma de difusión y diálogo que sostendrá esta convocatoria, se procurará establecer contacto con otros medios o iniciativas afines, para de este modo potenciar una red de información que torne más efectiva la dinámica de intercambios que se pretende desarrollar.

A lo largo del desarrollo de esta iniciativa, la Octava Mesa de Artes Visuales proyecta realizar encuentros presenciales entre los participantes y quienes se han sumado a la secuela de análisis y comentarios de las intervenciones registradas, con la idea de generar instancias de dialogo directo, en las cuales podamos conversar e intercambiar ideas acerca de los procedimientos y las políticas de obra presentes en cada una de las propuestas realizadas.

Solicitamos a los productores visuales interesados en integrarse a esta iniciativa tomar contacto con la Octava Mesa de Artes Visuales para informar a ésta de los proyectos de intervención que se encuentran actualmente en elaboración y aquellos otros que puedan haber hallado motivación en la convocatoria. Dicho contacto y la provisión de información que de éste resulte, permitirá a la mesa efectuar un cronograma que asegure una mejor gestión de la plataforma y las vinculaciones que ella precisa para activar su dinámica de intercambios. El correo electrónico de contacto es
mesaartesvisuales@gmail.com

Para el despacho de cada uno de los registros (fotográficos y o audiovisuales) se deberá solicitar indicaciones técnicas al correo de la mesa (
mesaartesvisuales@gmail.com ).

La convocatoria M.E.M.R. pretende generar un espacio pertinente para el registro, difusión y comentario de una producción visual que se puede comprobar se ha sostenido de forma regular e independiente, habitualmente sustentada en la voluntad y capacidad de autogestión de los productores visuales locales. Por ello creemos que la plataforma M.E.M.R. albergará en buena parte material visual correspondiente al desarrollo autónomo de la práctica artística local. Sin perjuicio de lo anterior, a través de su convocatoria la octava mesa desea proveer un estímulo para la práctica artística comprendida en la orientación que antes intentáramos describir, ya que con ella creemos poder brindar un marco de significación, salvando así el actual fallo en los medios de identificación y valorización de la producción cultural artística local.

Organizaciones y personas asociadas a la iniciativa:

Curatoría Forense. http://www.curatoriaforense.net/niued/

CRAC. http://www.cracvalparaiso.org/

Apariencia Pública. http://www.aparienciapublica.org/

Temucovisualclub. http://www.temucovisualclub.blogspot.com/

Canal sin transmisión.
http://canalsintransmision.blogspot.com/

rattha gallery http://ratthagallery.blogspot.com/

Galería Mediagua. http://www.galeriamediagua.blogspot.com/

Casa taller azul.
www.tallerazul.cl.tc/

Gonzalo Pedraza.

Samuel Toro.
http://samueltoro.blogspot.com/

Claudio Fernández.

Pablo Schalscha.

Rainer Krause.

Mr. Trafic
http://mistertrafic.blogspot.com/

Sergio Gajardo.

Julio Briones.